Siempre hablamos de que la genética es democrática, que une a todas las personas y pueblos independientemente de su nacionalidad, sexo o características físicas. Por desgracia, esta diversidad en la ciencia se ha visto a menudo puesta en jaque a lo largo de la historia.
Una prueba de ello, y quizá uno de los casos más famosos, fue el de la física y química polaca Marie Curie. Por sus investigaciones en el campo de la radiactividad, fue galardonada con el Premio Nobel de Física en 1903. Sin embargo, la Real Academia Sueca de las Ciencias, que concede el premio, quiso otorgárselo sólo a Pierre Curie, marido de Marie, y a Henri Becquerel, que la habían ayudado en sus investigaciones.
Después de que Pierre se negara a recibir el premio, la Academia decidió concedérselo a Marie Curie, convirtiéndose así en la primera mujer en ganar un Premio Nobel. Posteriormente, otras mujeres recibieron el galardón.
Para resaltar el papel fundamental de la mujer en la ciencia, destacamos aquí a seis de las muchas científicas que han contribuido al desarrollo de la genética. Lea a continuación para conocerlas.
Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna
Empecemos hablando de otras dos ganadoras del Premio Nobel. Las científicas Emmanuelle Charpentier, de Francia, y Jennifer Doudna, de Estados Unidos, fueron galardonadas con el Premio Nobel de Química en 2020 por desarrollar una innovadora técnica de edición de material genético.
Las dos investigadoras fueron pioneras en CRISPR, acrónimo en inglés de Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, o Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciadas. Este nombre complicado hace referencia a una técnica que permite cortar o alterar el ADN de los seres vivos según los objetivos deseados por los científicos. Puede utilizarse, por ejemplo, en la mejora genética de plantas o en el tratamiento de enfermedades.
Charpentier nació en 1968 en Francia y se licenció en biología, bioquímica y genética por la Universidad Pierre y Marie Curie de París. También licenciada en bioquímica, Jennifer Doudna nació en 1964 en la capital estadounidense y cursó sus estudios universitarios en el Pomona College y realizó su doctorado en Harvard.
Rosalind Frankiln
La británica Rosalind Franklin, nacida en 1920 en Londres, fue una de las grandes pioneras de la biología molecular. Fue ella quien dirigió los estudios que dieron lugar a la «Fotografía 51», una de las más famosas de la ciencia. Su importancia radica en que fue la primera imagen que registró la estructura en forma de hélice del ADN.
Los investigadores James Watson y Francis Crick, que propusieron por primera vez en un artículo científico el descubrimiento de la estructura del ADN, utilizaron las investigaciones de Rosalind Franklin para tal logro.
Sin embargo, ambos omitieron cualquier contribución de Franklin al descubrimiento, no atribuyéndole ningún mérito en sus artículos. El reconocimiento no llegó hasta después de su muerte, en 1958. Franklin llegó a publicar en vida artículos sobre otros temas, como la estructura del carbón y el carbono y también, sobre los virus ARN.
Nettie Stevens
Retrocediendo un poco más en el tiempo, a finales del siglo XIX, tenemos a Nettie Maria Stevens, nacida en Estados Unidos en 1961. A ella se atribuye una de las mayores innovaciones en el campo de la genética: el descubrimiento de los cromosomas sexuales.
Fue Stevens quien afirmó por primera vez que los seres vivos de sexo masculino portaban cromosomas diferentes de los de sexo femenino, y que éstos determinarían el sexo biológico de su descendencia.
La investigación inicial no se realizó con seres humanos, sino con gusanos de la harina (conocidos popularmente como carcomas). Stevens se dio cuenta de que, mientras los machos podían transmitir dos tipos de cromosomas a su descendencia (X e Y), las hembras, al presentar dos cromosomas X, sólo podían transmitir este tipo a su descendencia.
Mayana Zatz
Hablemos ahora de las científicas de América Latina. Empecemos por una de las grandes exponentes de la genética latinoamericana: Mayana Zatz. A pesar de no haber nacido en territorio americano -Zatz nació en Tel Aviv, Israel, en 1947-, se trasladó a São Paulo siendo aún una niña, donde estudió biología en la Universidad de São Paulo (USP).
Zatz profundizó, tanto en el máster como en el doctorado, en el campo de la biología molecular e investigó el papel de las células madre en el tratamiento de enfermedades.
Es reconocida internacionalmente por su trabajo, por el que, en 2001, se convirtió en la primera brasileña en recibir el Premio L’Oréal-UNESCO, cuyo objetivo es promover y destacar el papel de la mujer en la ciencia en todo el mundo.
Jaqueline Goes de Jesus
Más recientemente, una científica latinoamericana que adquirió notoriedad fue Jaqueline Goes de Jesus. Nacida en Brasil y licenciada en biomedicina, Jaqueline realizó su doctorado en la Universidad Federal de Bahía (UFBA) y, en su investigación, desarrolló técnicas para la secuenciación del genoma de los virus.
Este trabajo permitió a la investigadora llevar a cabo la secuenciación del genoma del tipo de coronavirus que circuló en América Latina en el 2020. Jaqueline pudo completar la secuenciación en sólo 48 horas tras la aparición del primer caso de SARS-CoV-2 en Brasil.
Antes de este logro, Jaqueline ya había trabajado en estudios con otros tipos de virus, como el dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla.